* Raíces
del liberalismo económico, y la clase social burguesa.
También
expresada en francés: Laissez faire, laissez passer. Se adjudica a Pierre
Samuel du Pont de Nemours (1739-1817), teórico fisiócrata francés, pero con
mayor asiduidad a Jean-Claude Marie Vicent de Gournay (1712-1759), otro
fisiócrata del mismo país. La
fisiocracia fue una corriente que atribuía exclusivamente la riqueza a la
naturaleza, en particular a la tierra. La frase encierra un concepto de fuerte
posicionamiento político- económico, pues apunta a defender la libertad de
mercado, de empleo y de producción, relegando al Estado a una mínima
intervención en la economía. Aunque no ha dejado atrás su sentido original, en
ámbitos más informales se usa para decir que se asume o que debe asumirse una
postura práctica, a partir de la cual hay que ser tolerante y no preocuparse
demasiado por el curso de las cosas.
En la segunda mitad del siglo XVIII, al calor de
la Revolución industrial inglesa, Adam Smith desempeñó un papel muy importante
en la popularización de las teorías económicas del laissez-faire, siendo
considerado el padre de las teorías de libre mercado o librecambismo. La idea
principal de estas teorías era la no injerencia de los estados en asuntos
económicos. Según Adam Smith, había una mano invisible que guiaba a la economía
capitalista por la cual la suma de los egoísmos responsables repercutiría en
beneficio de toda la sociedad y el desarrollo de la economía. Las regulaciones
sociales, desde este punto de vista, resultaban poco deseables.
En la Francia del siglo XVIII la expresión
laissez faire era la fórmula mediante la cual los revolucionarios comprimían su
programa. Su objetivo era el establecimiento de una sociedad de mercado sin
obstáculos. Con el fin de alcanzar dicho fin abogaban por la abolición de todas
las leyes que prevenían que gente más eficiente superara a competidores menos
preparados.
Hoy día se utiliza como sinónimo de economía de
liberalismo económico o neoliberalismo mas sin embargo, la teoría laissez-faire
supondría reducir drásticamente la influencia de los gobiernos empezando por
abstenerse de participar en la economía. Esto también supone una masiva
reducción del tamaño de los programas sociales y el predominio de la ley de la
oferta y la demanda en todos los ámbitos de la vida.