Social Icons

martes, 15 de marzo de 2016

PROBLEMÁTICA DE LA ECONOMÍA COLOMBIANA: LA DEUDA EXTERNA, EL PRECIO DE LA GASOLINA Y EL SALARIO DE LOS TRABAJADORES.

El endeudamiento del Gobierno y de las empresas al exterior continúa aumentando, al punto que ya superó los 100.000 millones de dólares. Así se desprende de las cifras divulgadas por el Banco de la República, las cuales señalan que con corte a octubre pasado, el crecimiento anual de la deuda externa fue de 10 por ciento.

Visto de otra manera, este monto equivale ya al 25,3 por ciento del PIB colombiano, nivel que no se veía en 10 años. De hecho, estos niveles están muy lejos de los que podrían representar un problema para el país, pues no se comparan con más del 100 por ciento de endeudamiento que se ha visto en varios países europeos apaleados por la crisis. Sin embargo, sí se observa un crecimiento en la proporción con respecto a años anteriores, pues el saldo de deuda frente al PIB alcanzó a bajar a 19 por ciento en el 2008.

Vale la pena recordar que ya en octubre el precio del dólar se había empezado a trepar muy por encima de los 2.000 pesos. En estas circunstancias, el saldo de la deuda en pesos colombianos se hace mayor y por ende representa mucho más dentro de la economía.

Del total de obligaciones, el 60 por ciento corresponde al sector público, con 59.588 millones de dólares, cuyo aumento anual superó el 15 por ciento y prácticamente la totalidad son de largo plazo. Entre tanto, el endeudamiento privado apenas creció 4 por ciento en el último año, al ubicarse en 40.565 millones de dólares. De dicho valor, el 70 por ciento corresponde a pagos en el largo plazo.

El instrumento que concentra la mayor parte de la financiación (48 por ciento) son los préstamos, seguidos por los bonos, tanto del Gobierno como de las empresas, los cuales representan el 42 por ciento del total. Como se sabe, la Nación ha emitido bonos en el exterior por más de 8.000 millones de dólares en los últimos dos años, y varias empresas también han hecho colocaciones. El resto corresponde a créditos comerciales y otros mecanismos.

 EL PRECIO DE LA GASOLINA
Colombia está en la lista de países damnificados por la caída de los precios del petróleo. Estos son los efectos para el país.

La caída en los precios del petróleo tiene efectos fiscales para la economía. El presupuesto de 2015 fue realizado con un precio promedio de US$ 97 dólares, pero con el comportamiento del crudo, ese precio se ha reducido a cerca de US$ 90 dólares por barril.
“Por cada dólar que caiga el barril, son 300.000 millones de pesos de hueco que le abre al estado colombiano”, explica el presidente de la ACP, Francisco Lloreda.


El hueco para el próximo año se estima en más de dos billones de pesos, lo que obligará al gobierno a más endeudamiento o recorte de gasto. “El grueso de los ingresos petroleros, son a la vez los ingresos del gobierno. Por esa razón hay unos descalces grandes en temas fiscales y después viene un ejercicio de reducir gastos o buscar otro tipo de financiamientos”, asegura el analista económico, Alejandro Reyes.
 
Si los precios del petróleo siguen bajos, y el país no aumenta considerablemente la producción, el impacto para 2016 sería mayor en las finanzas públicas. Las empresas petroleras en Colombia están preocupadas por el panorama para la industria.
“La industria en este momento se está viendo golpeada de distintas maneras, por la caída en los precios, que de ser sostenidos, va a obligar no solo a reducir costos, sino a ser muy selectivos en inversión”, advierte Lloreda. Se prevé que el precio del petróleo continuara por debajo de los US$70 dólares por barril.

EL SALARIO DE LOS TRABAJADORES.
Si las expectativas de inflación de los empresarios para este año se cumplen, el incremento de los salarios para millones de trabajadores colombianos en el 2016 será del orden del 5,5 por ciento, esto es, alrededor de 35.440 pesos, si se tiene en cuenta el mínimo vigente hoy de 644.350 pesos.

Es lo que revela la más reciente ‘Encuesta salarial total rewards 2016’, elaborada por la firma de consultoría Human Capital, en la que el 34 por ciento de los voceros de 850 compañías encuestados señaló que ajustará el sueldo de sus trabajadores con base en la inflación y el salario mínimo, un porcentaje muy por debajo del 52 por ciento observado en el 2014. El sondeo revela que, en al menos 12 por ciento de las compañías consultadas, no habrá incremento de sueldos el próximo año, en tanto que un 54 por ciento restante lo hará aplicando mecanismos de beneficios y remuneración variable.

Entre las razones expuestas para este cambio que se presenta en la concepción de los incrementos se encuentran la desaceleración económica, una nueva fuerza laboral orientada a otro tipo de beneficios por encima de los monetarios, mecanismos para la modernización del pago que permiten optimizar costos y el interés por incrementar el poder adquisitivo de las personas.

El resultado de este estudio se conoce justo ahora que industriales, empleados y Gobierno ajustan sus propuestas de alza salarial para el próximo año, las cuales serán presentadas y discutidas a partir del 7 de diciembre próximo, cuando se reúna la mesa de concertación, de la que se espera salga el incremento que recibirán los trabajadores colombianos el año entrante y cuyo trabajo será complejo, dado el aumento que viene registrando el costo de vida este año.

Alza diluida
La sensación que dejan esos resultados en la mente de los trabajadores es que para el 2016 no habrá una verdadera ganancia salarial, pues esta, en el mejor de los casos, será consecuente con el incremento del costo de vida, que a septiembre iba en 5,35 por ciento para los últimos 12 meses. De hecho, esto es lo que piden algunos centros de estudios como la Asociación Nacional de Entidades Financieras (Anif), cuyo presidente, Sergio Clavijo, viene insistiendo en que el incremento del mínimo de los colombianos para el 2016 no podrá exceder el 6 por ciento.

Lo anterior porque un ajuste mayor empeoraría la tasa de desempleo que cumple cinco meses al alza, situándose en el 9 por ciento. Por su parte, José Manuel Acosta, presidente de Human Capital, considera que los resultados de la encuesta muestran la madurez de los empresarios colombianos, quienes están teniendo en cuenta el entorno económico actual del país, y lo más importante, buscan ser cautelosos para no afectar el empleo. “Hay épocas de vacas gordas y vacas flacas y, en ese sentido, tendría mucha lógica ser consecuentes y valientes para tomar decisiones que seguro diferirán de lo que se ha podido hacer en otros años. Sería mucho más grave que al no tomar decisiones que no se compadezcan con la realidad, se llegue a afectar el empleo, lo cual sería desastroso para cualquier empresa y el país”, dice el experto.

Agrega que esta puede ser una buena oportunidad para introducir componentes que puedan generar salarios diferenciadores, algo en lo que muchos empresarios comienzan a incursionar, adicionando criterios de oportunidad asociados a la generación de valor.
Es decir, mecanismos de pago variable más creativos, menos costosos y menos gravosos en términos de tasas impositivas, como los incrementos vía beneficios extrasalariales.

A menor sueldo fijo mayor eficiencia
Otro de los aspectos que tocó la ‘Encuesta salarial total rewards 2016’ fue el de la productividad frente a la estrategia retributiva. De acuerdo con los resultados, las empresas con esquemas cincuenta por ciento fijos y cincuenta por ciento entre variables y beneficios tienen los mayores niveles de productividad.

Por el contrario, aquellas compañías con una mezcla de compensación 70/30 son un 26 por ciento menos productivas, al tiempo que las que cuentan con una relación 85 por ciento de salario fijo y un 15 por ciento variable, tienen un nivel de productividad un 33 por ciento más bajo.

Mayores aumentos esperados
El estudio de Human Capital muestra los sectores en los que hay expectativas de mayores ajustes salariales y el nivel de empleados que recibirán una compensación superior por su desempeño.

Por ejemplo, los empleados que ganan más del mínimo y que tienen mejor desempeño tendrán ajustes entre el 7,5 y el 8 por ciento, mientras que aquellos con bajo compromiso el alza esperada está entre el 3 y 4 por ciento.

A pesar de las circunstancias actuales de alta inflación, algunos sectores de la producción continuarán destacándose como buenos pagadores. En renglones como construcción e infraestructura; alimentos y bebidas; químico y farmacéutico; industria, así como en hotelería y turismo, los ajustes salariales estarán entre el 6,46 y el 6,04 por ciento.

Según la encuesta, en la otra orilla están sectores como el de automotores y maquinaria; fundaciones, consumo masivo, y salud, que estiman reajustes entre el 4,96 y el 4,85 por ciento.

“Es importante anotar que si bien las decisiones serán vigentes a partir de enero, hay que monitorearlas porque van a tener una correlación directa con la inflación real del año entrante. Lo importante es que esta no sea superior a la del 2015, porque en ese caso sí podría rescatarse algo de poder adquisitivo”, señala Acosta.
Para el experto, de alguna manera, este es un aspecto que va perdiendo relevancia en la medida en que el salario fijo también va dejando de tener un mayor peso al momento de negociar este factor con los empleados.
 

Sample text

Sample Text

Sample Text

 
Blogger Templates