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lunes, 25 de abril de 2016

AMÉRICA LATINA Y LA GLOBALIZACIÓN

La globalización asusta a la ciudadanía, asusta a las poblaciones desprotegidas, asusta a los pueblos pobres, asusta a jóvenes que titubeantes se preguntan si verán un mejor futuro el siguiente día, y asusta a lo viejos conocedores de la historia, la historia que pisaron y temen cambiar. Los portavoces del movimiento de la globalización se preguntan a qué le temen, por qué temen a la globalización sino es más que un nuevo concepto para un acontecimiento que ya ha sido, que ya fue, que ya está. Pero más irreverente sería aún no temerle, no ser recelosos con el expansionismo económico de las grandes potencias. ¿Por qué? Hagamos un poco de historia.

América Latina está conformada por 41, países, todos ellos comparten una historia en común: la supeditación al capitalismo extranjero. Desde el siglo XVI la expansión capitalista llegó a Latinoamérica para convertir sus recursos en fuentes de acumulación de capital, mediante la explotación y extracción de las riquezas nacionales. Con el genocidio y la dominación, destruyendo usos y costumbres, ciudades enteras… dando origen así al colonialismo. El colonialismo es un período de intervención europea, principalmente España, Portugal, Francia y Holanda, comprendido entre los siglos XVI y XIX. Las colonias no eran más que extensiones del poder monárquico, representadas con un virreinato que obedecía a la corona; dicha razón el interés por el desarrollo de la colonia nunca fue prioritario salvo que a las propias conveniencias de los colonizadores fuera necesario el desarrollo de algún área como el transporte y las comunicaciones.

A partir de los movimientos independentistas del siglo XIX, el mundo se enfrentó a una nueva configuración del orden económico que se vivía hasta ese entonces, con el dominio de las naciones europeas y el saqueo de las colonias, no es el fin de la interdependencia, es una pausa hacia el desarrollo imperialista del capitalismo, un capitalismo sofisticado, ya no bajo el estandarte de la corona sino bajo el paradigma del mercado. El colonialismo se ha superado así mismo, no se supedita a la corona, sino a la fuerza del monopolio.

Mas el capitalismo sigue evolucionando y dentro de los esquemas de lo neoliberal, se promueve la integración de las naciones, que paradójicamente conlleva a la formación de bloques económicos que establecen aranceles y regulaciones para aquellos que no formen parte del bloque constituido, irreverente término globalización dentro de este entorno fragmentador. La historia indica un nuevo orden hacia la mitad del siglo XX, cuando Europa se derrumba y Estados Unidos toma el control de la economía, el mundo se dolariza, las trasnacionales se proliferan, y América Latina se cubre de barras y estrellas.

¿Que la globalización es algo nuevo? No, en verdad no lo es. Sino que adquiere ahora dimensiones distintas y más complejas que en el pasado. En la actualidad el crecimiento del comercio mundial se centra en los bienes de mayor valor agregado. Los procesos productivos se encuentran segmentados en todo el mundo, bajo la carátula de empresas transnacionales y sus filiales.

Como cierto es que los desequilibrios económicos, la desigualdad social, la pobreza, son males que desaparecerán sino por el contrario serán más fuertes, porque así se manifiesta dentro del sistema capitalista, clasista, monopolista.

La globalización refleja los cambios en la tecnología, la acumulación de capital y la aptitud de las economías nacionales para generar ventajas competitivas. La globalización de la información y los valores se ha presentado gracias a los avances tecnológicos. Ahora los costos de transacción, transmisión y emisión de documentos, imágenes, información financiera, han disminuido considerablemente por lo que ahora es asequible para grandes sectores de la población.

Los efectos de la globalización en América Latina
Los efectos de la globalización para las economías en desarrollo se distinguen entre efectos positivos y negativos. Los efectos positivos tienen que ver con el impulso a las nuevas tecnologías y el desarrollo sustentable. Los efectos negativos fracturan la realidad interna, perjudican a los países en vías de desarrollo y los supeditan a acciones y decisión de las economías más fuertes.

Estos efectos negativos se deben precisamente a que la globalización es un fenómeno selectivo, desigual. Tanto en la producción como en el comercio, los países más desarrollados protegen sus mercados en productos o sectores que consideran estratégicos para su economía. Más a los países de bajo desarrollo les obligan mediante medidas y sanciones a liberar todos aquellos sectores que son fundamentales para sus economías. De esta manera la competencia no es leal, mientras los países en desarrollo tienen que aventarse al ruedo del comercio internacional sin armas, con su producción desprotegida; los países industrializados tienen enormes barreras para proteger sus productos.

La globalización es pues, un proceso político en el que las naciones más poderosas y organismos internacionales liderados por las mismas, toman las decisiones económicas y financieras que afectan al resto del mundo. Es en la globalización donde se refleja el control de las naciones industrializadas, siendo el principal entre hegemónico los Estados Unidos.

México se ha sumergido en este proceso de globalización sin recelo alguno, ha suscrito ocho tratados de libre comercio y un acuerdo de complementación económica. Aun así el principal socio comercial es Estados Unidos, más del 80% de las exportaciones mexicanas tienen dicho destino.

El Tratado de Libre Comercio de Norte América, TLCAN (México, Estados
Unidos y Canadá). (Publicado en el Diario de la Federación el 20 de diciembre
de 1993).
El Tratado de Libre Comercio G-3 (México, Colombia y Venezuela) (Publicado
en el Diario de la Federación el 9 de enero de 1995).
El Tratado de Libre Comercio entre México y Bolivia (Publicado en el Diario de
la Federación el 11 de enero de 1995).
El Tratado de Libre Comercio entre México y Costa Rica (Publicado en el Diario
de la Federación el 10 de enero de 1995).
El Tratado de Libre Comercio entre México y Nicaragua (Publicado en el Diario
de la Federación el 1 de julio de 1998).
El Tratado de Libre Comercio entre México y la República de Chile (Publicado
en el Diario de la Federación el 28 de julio de 1999).
El Tratado de Libre Comercio entre México e Israel (Publicado en el Diario de la
Federación el 28 de junio del 2000)
El Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea (Publicado en el
Diario de la Federación el 26 de junio del 2000).

En conclusión, el temor a la globalización no es simplemente un prejuicio o un terror a lo desconocido, todo lo contrario es el recelo hacia esta dominación capitalista evolucionada en una serie de artilugios y tratados. Mas la globalizacón no es un agente maligno a toda la civilización sino que es selectiva, y mientras beneficia enormemente a algunos a otros los hunde cada vez más en la pobreza.

 

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